Estos días han sido curiosamente un bombardeo de emociones sin control. He reído, he sentido molestia, he querido llorar muchas veces. Ésta última sensación no se ha dado simplemente por un deseo tan profundo de reprimir esta acción, que se canalizó hacia la ya típica angustia. ¿Estupidez? ¿Adelantarse a los hechos? ¿Desorden de decisiones? Sea lo que sea, me está incomodando.
Lo que sí tengo claro es la causa: fue el desechar una oportunidad a cambio de no hacer mal a una persona. Mejor dicho a cambio de evitar una posibilidad de causar daño a una persona... una eventualidad a gran escala, donde por un momento me puse por encima de todo lo que pudiera significar importancia de otra persona aparte de mí y el alguien que tenía en frente. Como todos sabemos, en algunas ocasiones las decisiones no completamente de uno y así fue como la oportunidad fue desechada.
Desde el minuto siguiente y los que siguieron, mis pensamientos fueron desviados desde su origen y se convirtieron en uno solo: "Y si hubiera..." Demasiadas interrogantes, demasiadas situaciones hipotéticas, demasiados valores en juego, amistades apostadas... ¿y quién gana al final de todo esto? Por experiencia propia, en estos juegos de tres, siempre hay uno que sale perdiendo...
Ante estas situaciones, la vida siempre se encarga de nublarnos las mentes. Pareciera ser más entretenido que uno escoja el camino mientras se está haciendo. Ciertamente hay alguien tratando de guiarte en todas las ocasiones. Aún así me estoy nublando y tú (sé que leerás esto en algún momento), tú eres la única persona que puede aclararme el horizonte. Hazlo sin miedo, porque puede que mañana ya no tenga nada que esperar, ni nada que buscar en ti, puede que extrañe mil y una cosas; pero el sol estará mañana, estará así como no dejarán de haber estrellas, no dejaré de apreciar el viento rosando mi cara... la vida estará ahí para mí todavía...
[Hazlo sin miedo, pero hazlo luego...]