20 diciembre, 2005

[15... No, mejor 16]

No quise escribir sobre algo así de inmediato ayer. Primero se es decente y se inaguran las cosas.
Ayer fue un día pesado. No es suficiente con que uno se pase el día entero recorriendo tiendas y centros comerciales llenos de gente, sino que uno tiene que toparse con gente conocida, que no veías hace mucho tiempo y a veces hasta indeseable. Esa gente que dice "Uy, que estás cambiado" o "Uy, pero si estás igual". Quién sabe de qué se acuerdan. "Pero, ¿qué edad tienes?"
Ahí se me vino el caos. Desde hace algunos años, varios ya, le he tenido una especie de fobia al tiempo, pero más aún, una fobia a crecer. Esto se manifiesta sólo cuando se viene algo importante que marca el paso de los años, como el término del período escolar, por ejemplo. De ninguna forma se puede secir que tengo el complejo de Peter Pan. No lo creo así. Me gusta tomar las responsabilidades que se me van dando a lo largo de la vida, hasta adelanto algunas para acostumbrarme y alivianar la carga del futuro.
"Ehh... 15. Casi 16." Qué espanto. No me gusta aceptar que me quedan un par de semanas y tendré 16 años; pero esa vez fue especial: me dieron ganas de contestar "16" a solas, qué iban a saber ellos cuándo es mi cumpleaños. Y al final, ¿qué diferencia hay? ¿por qué alguien puede venir a decirme que tengo espíritu de viejo, con miedo al futuro, y que son los espíritus jóvenes los que emprenden y hacen cosas nuevas (imitando de forma barata las palabras de cierto candidato presidencial en la franja política)?
Al fin y al cabo, creo que mi miedo no es al futuro ni a ser grende o viejo, como quieran. Mi problema es que le tengo miedo a verme con determinada edad, sin haber consumado mis proyectos, pues tengo muchos, entre sueños, espectativas inmediatas e idealizaciones estúpidas. No creo estar mal encaminado, pero sí una controversia de oposición de dos proyectos de vida, me está maltratando la existencia. Tal cual como si yo fuera un país con dos bloques políticos. Qué ridículo...

[3 de Enero.]